Nuestro secreto

En los Andes, a más de 4.000 metros de altitud, hay diferencias de temperatura de hasta 40 grados durante todo un día.

Para sobrevivir, las alpacas sudamericanas se han adaptado a las circunstancias y han desarrollado una lana opaca que se enfría con el sol de la mañana y calienta en las noches heladas.

Estas fibras aislantes transportan la humedad hacia el exterior a través de la superficie de las fibras y garantizan así un secado rápido.

El forro polar de alpaca es increíblemente suave y suave y evita así la fricción con la piel y la formación de ampollas en largas caminatas.

Debido a la luz solar extrema en los Andes, las fibras son resistentes a los rayos UV y protegen así la piel de la luz solar.

A diferencia de las fibras producidas humanamente, la producción de fibra de alpaca es amigable con el medio ambiente y los animales y funciona con procesos renovables que protegen el medio ambiente y brindan la mejor calidad para todos.